NOTICIA: Chalets en zonas de Tiza o la Calzada Romana de Almendralejo se podrán legalizar en suelo rústico.

El arquitecto local Javier Díaz de la Peña explica las figuras que permite el reglamento de la nueva ley del suelo en Extremadura.

En Almendralejo y en sus alrededores hay muchísimas viviendas y chalets que están edificados sobre suelo rústico, pero que carecen de un expediente de legalización para ofrecerles más libertad a la hora de seguir edificando mejoras o, simplemente, revalorizarlas como propiedades. Hablamos fundamentalmente de chalets y edificaciones que están entre el Pilar de Tiza y Solana de los Barros o los que están en la Calzada Romana (zona de carretera de Alange). Suelo calificado como rústico. Muy diferente a urbanos y urbanizables.

La ley extremeña de Ordenación Territorial y Urbanística Sostenible de Extremadura (LOTUS) aprobada en 2018 propone una utilización mayor del suelo rústico, pero siempre de forma sostenible. Está claro que busca solventar un problema territorial que Extremadura padece desde hace tiempo y es la gran extensión que hay de suelo rústico y las escasas actividades que pueden hacerse fuera del uso natural del mismo.
 
A finales de 2021 se ha aprobado el reglamento de esta ley y marca dos figuras que permiten la utilización de dicho suelo para usos residenciales. Por un lado, la vivienda aislada mediante calificación rústica y, por otro lado, la regularización o creación de asentamientos rurales viables, es decir, legalizar una agrupación de terrenos y edificaciones. 
 
Estudio y soluciones
El despacho A+U Arquitectura y Urbanismo del profesional Javier Díaz de la Peña ha estudiado a fondo las soluciones que se plantean. Recuerda que hay viviendas o chalets que, al pasar de los seis años de su edificación sin licencia, no se pueden demoler, pero carecen de ser propiedades legales. Están fuera de ordenación y eso les impide aspirar a más desarrollo. Al estar en parcelas rústicas, ahora tienen la opción de ser legalizables con estas dos nuevas figuras que permite el reglamento de la Lotus. 
 
En el caso de aspirar a la calificación rústica de una vivienda permitiría construir una vivienda con una serie de condiciones entre las que destacan: una edificación aislada, tener una superficie mínima de una hectárea y media, una distancia menor de 300 metros de suelo urbanizable del municipio, una altura máxima de edificación de siete metros y medio y usar materiales que favorezcan la integración paisajística con el entorno. Una vez se consigue esta calificación rústica, se procede a la concesión de la licencia municipal que autorice las obras.
 
Pero también cabe la posibilidad de crear un asentamiento rústico viable, es decir, que un grupo de vecinos con terrenos, chalets o viviendas cercanas se unan para crear una agrupación que, cumpliendo unas condiciones de sostenibilidad, pueda legalizar y regularizar sus viviendas o terrenos en suelo rústico. 
 
Para poder crear un asentamiento rústico viable que legalice estos terrenos la suma del total de la superficie que se quiere legalizar debe estar entre 2.000 y 10.000 metros cuadrados de media. No puede haber más de cinco viviendas ni menos de una. Además, la superficie construida en todo el ámbito de la agrupación no puede exceder del 10 por ciento. Cumpliendo estos parámetros, los vecinos pueden unirse para crear un asentamiento. El suelo no sería urbano, sino seguiría siendo rústico, pero legal. Las infraestructuras para luz, agua o saneamiento se pueden resolver de forma autónoma y siempre los mínimos indispensables. Lo permite la nueva figura. Así, por ejemplo, la red de agua puede venir mediante pozo o depósito aéreo, o la electricidad tiene opciones como transformador o plantas fotovoltáicas.
 
Javier Díaz de la Peña indica que con todos los condicionantes cumplidos, se redacta un plan especial urbanístico de asentamiento irregular, se tramita en el ayuntamiento, se delimita la zona de actuación y quiénes forman parte y se le otorga a cada vivienda o chalet su calificación rústica, es decir, cada uno tendrá un proyecto independiente de vivienda. Quedaría creada una entidad urbanística de conservación de propietarios, que en realidad es una asociación promotora de la actuación que se encargará del mantenimiento de las infraestructuras. Con todo ello, se logra un expediente de legalización que muchos llevan años añorando.
 
Producto Inmobiliario
Explica el arquitecto Javier Díaz de la Peña que el nuevo reglamento de la Lotus y la opción de crear estos nuevos asentamientos rústicos viables abre una puerta más que interesante a un nuevo producto inmobiliario. Y es que de la misma manera que se pueden legalizar chalets ya construidos también se pueden legalizar terrenos en enclaves que lo permita la ley del suelo y que no se encuentren protegidos. De ese modo, cabría la opción de que un grupo promotor pudiera crear un asentamiento rústico viable con varias edificaciones y espacios comunitarios en entornos naturales casi ideales. «Habría que hacerlo siempre respetando todos los parámetros de sostenibilidad», que es lo que marca también la ley. Pero sin duda, sería una opción muy interesante desde el punto de vista inmobiliario habida cuenta de la creciente demanda que existe en estos momentos por viviendas en entornos rurales, en mitad del campo y en plena naturaleza, algo que la propia pandemia ha puesto aún más de moda. 
 
Desde el despacho A+U Arquitectura y Urbanismo de Javier Díaz de la Peña se han puesto ya a disposición de los vecinos de Almendralejo para asesorar y gestionar los trámites que legalicen la situación de muchas viviendas o chalets que llevan años esperando una figura urbanística de este tipo y que puede ser ya una realidad en 2022. «Sabemos que es una situación muy nueva y en la que, a día de hoy, existe mucho desconocimiento, por eso creemos importante darla a conocer y ofrecerle a muchos vecinos las herramientas legales que tienen a su disposición».
 
 
 
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